lunes, 7 de mayo de 2012

¿"De qué va" ¡Desindignaos!?: Declaración del autor




Este libro es un Manifiesto surgido como aportación de "un ciudadano corriente", que  pretende servir de plataforma de presentación de un enfoque distinto de cómo abordar el cambio y la regeneración de la Sociedad y del Sistema que todos, este autor también, pedimos. Distinto porque propone volver la mirada hacia el protagonista de "la película" (del problema): el ser humano como individuo diferenciado.

La Sociedad es un ente abstracto, y el Sistema de organización que presenta es una obra del ser humano, quien sí resulta concreto. Si pedimos que la obra humana resulte diferente de la que es, necesariamente tiene que cambiar "el autor". Sólo modificando la arquitectura del edificio individual humano, los modos con lo que lo construimos, podremos producir el cambio y la regeneración del edificio-Sociedad que pedimos: "de eso va" ¡DesIndignaos!

¡DesIndignaos! surge, puntualmente, como respuesta a unas demandas de cambio y regeneración que centran la mirada en una entelequia: la pretensión de que cambie el grupo, sin tener en cuenta que el grupo es como es en función de cómo son los individuos que lo componemos.

Y porque ese conjunto de demandas no ofrecen ninguna fórmula de cambio a los individuos, como unidades constructoras de la obra-Sociedad defectuosa que denunciamos. Fórmulas de cambio, requisitos que cumplir, que son imprescindibles y que tienen que reunir unas determinadas condiciones para que puedan resultar de universal aplicación. Es decir, asequibles y accesibles "a todos" los seres humanos de este Planeta.

El egoísmo que se denuncia como causa del estado de degeneración ética, moral y económica, es un rasgo consustancial del Instinto de Supervivencia que la Naturaleza instala en todos los organismos biológicos: no es posible sobrevivir sin el componente egoísta que induce a la búsqueda de las mejores condiciones posibles para mantener la vida, impulso que es a su vez motor de la evolución; o sea, de innovación y progreso.

No podemos pretender erradicar el egoísmo sin mutilar a los seres humanos y dejarlos así indefensos ante la problemática que entraña sobrevivir; sin embargo, lo que sí podemos es aprender a gestionar ese motor de otra manera. Desde la conciencia de que formamos parte de una Sociedad que al igual que cualquier organismo, su salud-felicidad-equilibrio...¡armonía! global, depende de que todas sus células-individuos participen activamente en ese afán: de que el conjunto, todas sus células-individuos y los distintos órganos en que se agrupan, trabajen con la misma finalidad existencial y el consecuente interés de que ninguna célula, ni ningún órgano-población-parte del organismo-Sociedad, tenga motivos para sentir su salud-felicidad, su dignidad, descuidada, abandonada o despreciada por el resto.

Acceder a esa conciencia implica como requisito de partida DesIndignarse: erradicar la ira; para después buscar, desde el sosiego y la "esperanza activa" en nuestro propósito y en nuestras capacidades y virtudes, los itinerarios que nos puedan conducir a hacer realidad el cambio y la regeneración que pedimos.

Y además de las reflexiones y los argumentos que soportan esa propuesta de "cambio de enfoque", en este Manifiesto se intenta hacer concreta la abstracción de las ideas y se ofrece un apunte breve de esos itinerarios de cambio, en la medida de que este libro es una parte desgajada de otra obra en preparación que pretende desarrollar, ofrecer en detalle, las pautas y las herramientas que hagan posible el rescate del naufragio existencial de los seres humanos que navegamos a bordo de este particular "Titanic" que es la Sociedad desarrollada que, al igual que el trasatlántico de marras, se hundirá si no lo remediamos a tiempo.

Esa obra en preparación es una especie de Manual para la construcción de "Balsas" con las que rescatarse del naufragio existencial: cumplir con la propuesta Socrática, "conocerse para gobernarse". Un Manual que pretende resultar esa herramienta de universal aplicación que, sin tutelas ni dependencias de expertos, terapeutas o "predicadores", otorgue a los propios náufragos el timón de su propio destino: de su proceso existencial y de su rumbo de navegación cooperativa con el resto de la flota humana que navega por este océano existencial, en el marco más amplio que es el mar de la Vida.

En la medida que este Blog progrese, y la aceptación de este avance que es ¡DesIndignaos! se haga patente, iremos ofreciendo más información al respecto de esa iniciativa.


Mi agradecimiento más sincero a todo aquel que acoja esta iniciativa, y mi invitación a que participe en la forma y medida que considere oportuno.


Luis Sasselli



6 comentarios:

  1. Es una bien intencionada llamada de atención de lo que puede suponer, en la visión del autor, un ser humano liberado de sus atavismos, angustias e “indignación”. Un ser humano que convierta en “activas” y con una nueva actitud, las inquietudes y anhelos de cambio que refleja la sociedad actual.
    El autor destaca que es un proyecto que nos incumbe a todos los seres humanos y a todos los niveles. Asumiendo el cambio desde cada individuo, siendo conscientes de que ese cambio nos debería llevar a una sociedad nueva.
    Hermosa propuesta con un camino difícil, pero no menos interesante y digna de ser analizada.

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    1. Agradezco vivamente tu aportación: resulta muy estimulante para mí. Me parece conveniente proponer el que consideres que a ningún logro importante, se accede por un camino fácil.

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  2. Estupenda iniciativa Luis, me has hecho reflexionar al decir que nuestros motivos para indignarnos se repiten revolución tras revolución. Te deseo lo mejor

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    1. Hola Miguel Ángel,
      Con un "poquito" de retraso quiero agradecerte tu aportación.
      En definitiva ¡DesIndignaos! no es sino que otra aportación que pretende precisamente hacer reflexionar sobre aspectos sobre los que normalmente no lo hacemos a la hora de contemplar y analizar nuestros problemas.

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  3. Hola Luís, nuevo compañero de aventuras! Aquí va mi feed-back: Entiendo que a veces dejar aflorar la indignación resulta productivo, para visibilizar, dar forma a un problema. Considero que, en este mundo hedonista que nos ha tocado vivir, la indignación es un reclamo: No estamos dormidos! Por supuesto, de nada sirve quedarse ahí pero sí que le doy un valor positivo a la indignación como parte de un proceso de cambio. Tal vez después de la indignación, lo que toca es proveerse de una nueva dignidad... Un abrazo y enhorabuena por la iniciativa!

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    1. ¡Hola Noemi! Me alegra tu presencia aquí. Y te agradezco el trabajo que te has tomado de curiosear y de aportar.
      En respuesta te diré que ¡DesIndignaos! no pretende descalifcar ni la indignación ni los motivos con que los ciudadanos podamos justificarla. Pero si es una invitación a contemplar la situación, el problema, desde otros enfoques. Y en lugar de abundar sobre lo que yo en el libro expongo, te ofrezco, para que las contemples, una serie de consideraciones que al respecto de las distintas reacciones y actitudes del ser humano ante las distintas contingencias y adversidades que la existencia plantea, Platón ofrece en su obra “La República” puestas en boca de Sócrates, de las cuales extraigo, para ofrecer a la tuya (consideración), unos textos ilustrativos.

      Respecto de la Aflicción:
      “… la ley dice que es bueno mantenerse firme en las desgracias y no dejarse llevar de la desesperación, y las razones que tiene son que se ignora si los accidentes son bienes o males; que nada se adelanta con afligirse; que los sucesos de la vida humana no merecen que tomemos por ellos un gran interés; y, sobre todo, que la aflicción es un obstáculo para aquello que ha de ayudarnos en tales circunstancias”

      Respecto de la Queja:
      “… y no obrar como los niños, que cuando sufren una caída llevan la mano a la parte herida y pierden el tiempo en llorar; antes bien, acostumbrar su alma a aplicar prontamente el remedio a la herida, levantar lo caído y enfermo y suprimir con la cura los plañidos”
      “… y esta otra parte (de nosotros) que nos recuerda sin cesar nuestras desgracias, que nos hace exhalar lamentos y que nunca se sacia, ¿temeremos decir que es una irracional perezosa y cobarde?”

      Respecto de la Ira (Indignación):
      “… porque nada se presta mejor a la imitación variada que el elemento irritable (indignación); mientras que un carácter sabio, tranquilo, siempre semejante a sí mismo, hay dificultad en imitarle, y la pintura que de él se hiciese no le llegaría a esa multitud confusa (los Indignados) que se reúne de ordinario en los teatros (acampadas, manifestaciones, protestas…); porque sería presentarle la imagen de una clase de sentimientos que le es completamente extraña”

      Bien, no sé si estas reflexiones, con mucha más autoridad que la mía, te pueden resultar de elemento útil para las tuyas. En todo caso quedo a tu disposición para mantener un debate al respecto, que es en definitiva lo que pretendo fomentar con el libro.

      Te abrazo con agradecimiento y afecto.

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